Este año fue particularmente difícil el día de muertos. Estos días de hecho me la he pasado de fiesta en fiesta para mas bien no acordarme del destino que a final de cuentas le espera a todos y cada uno de los que habitamos este planeta tierra, pero que particularmente a mi me ha pegado duro este año por lo que ya varios saben que me ha pasado.
Es muy difícil para mi irme acostumbrando a la idea que “de cualquier forma de algo tenía que morirme”, pero no saben el miedo y el pavor que me da el “siguiente paso”, el no saber ni tener idea de lo que sigue después de la muerte. Es mas, lo que mas miedo me da es mi creencia “anti-teológica” y “pro-atea” de que, después de la muerte, no pasa absolutamente nada y te conviertes en comida vil para los tantos bichos que abundan este planeta, que dicho sea de paso, también tienen sus derechos como seres vivientes de esta bonita y fascinante pelotita que vista desde el espacio se ve casi azul en su totalidad.
Pensar en la nada tiene sus consecuencias: Para los grandes filósofos griegos, la nada era tema de no pocos días (si, DÍAS!) de discusión y análisis, y al final no tenían ningún acuerdo de la nada. Hubo algunos filósofos que incluso se les fue la vida en la angustia y la sofocación de pensar en la nada y en lo oscuro que ello representa. Supongo que esa fue la razón del por qué el hombre se inventó la religión, para no pensar mas en la nada y suponer que después del último suspiro existe un “mas allá”, del cual a veces retornamos y hasta nos atrevemos a degustar lo que en vida nos gustaba gracias a las famosas ofrendas que en sendos lugares suelen poner.
Es feo tener rondando a la muerte y yo ya me resigné a que no hay mayor remedio que esperar, y mientras llega, tratar de vivir al máximo posible, sin alterarme mucho por su presencia e imaginando que cada día que despierto es el último que me queda en esta faz. Sin embargo sigo pensando en la nada y me cuesta mucho trabajo asimilarlo. Creo que mejor me inventaré una religión, o mejor aún, me haré adepto de alguna teoría un tanto fantasiosa de esas que ya existen para hacerme el trayecto menos difícil y no pensar mas en la famosa nada… A final de cuentas, creo que no vale la pena pensar que algo que por principio es “nada”… La “nada” es algo muy fascinante: en teoría es un “vacio” y es justamente esa “ausencia de todo” lo que provoca una cantidad de pensamientos y angustias, que me cuesta trabajo creer que la “nada” en realidad sea “vacía”… Ya debrayé un poco…
Por lo pronto, a seguir caminando, que mucho tiempo que digamos ya saben algunos que no queda…
Dedicado a la muerte que tantos dolores de cabeza pero a su vez tantas exquisiteces nos ha proporcionado. Dedicado a la “nada” que a la vez para muchos representa el “todo”. Dedicado a la vida misma y a esta pelotita azul que algunos llamamos tierra. Dedicado a los que morimos en silencio, con tranquilidad casi parsimoniosa.
PD1: VISITEN LA EXPO “CAMBIO CLIMÁTICO”!! Se encuentra en el Papalote Museo del Niño hasta el 15 de Abril. No es necesario ingresar al museo para visitarla y su costo es de $35. Sirve que visitan a un servidor y con un poco de suerte puede que les toque como guía en su recorrido! Aprovechen, que la expo se acaba… y su servidor también! Jaja! :-p
