El día de hoy muchísima gente estuvo haciendo remembranzas de lo que pasó hace 10 años exactamente. Independientemente de si el 11 de Septiembre debe o no ser una fecha de “remembranza histórica”, no pude dejar de pensar en lo que he pasado a lo largo de 1 década en mi vida:
- Hace 10 años yo tenía tan solo 15 añitos, estaba lleno de muchos sueños que hoy por fin pude hacer realidad… Hoy amanecí con nuevos sueños, pues como seres humanos no debemos perder la capacidad de soñar nunca, sin perder de vista que es necesario lograr nuestros sueños y cumplir nuestras metas (me recuerda la famosa frase de “La Agrado” en la película de Almodovar “Todo sobre mi madre”: “…una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma”
- Hace 10 años apenas había ingresado al CCH y soñaba (o al menos eso recuerdo) en terminar mi bachillerato, ingresar “a como de lugar” en la máxima casa de estudios y “ser un excelente periodista”…
- Por azares del destino y de la vida misma, no se en que momento ni por que circunstancia (si algo me ha enseñado la vida misma es que nunca debes escribir tu “plan de vida” porque por extraño que parezca el camino no suele ser el que has dibujado) pasé a convertirme en Ingeniero… Si, ya sé que nada tiene que ver la “gimnasia con la magnesia” y que el periodismo para nada se parece a la Ingeniería, sin embargo no me arrepiento: Tomé la mejor decisión, amo lo que hago y desde mi trinchera me toca luchar para hacer, al menos de mi vida, algo mejor para mi futuro y para los que me rodean.
- Hace 10 años trabajaba duro en una placita que hoy es un monstruo tremendo. En ese entonces era vendedor de un changarrito en la Plaza de la Computación, al paso de los años se pasó a llamar la “Plaza de la Tecnología”, y por si se lo preguntaban sigo siendo “vendedor”… la diferencia radica en que hoy mi patrón soy yo mismo, tengo un panorama completamente distinto al que tenía hace 10 años, sigo estudiando y por si fuera poco me toca ser profe de la Máxima Casa de Estudios (si, ya se que a veces soy muy quejumbroso, pero debo admitir que el de arribita me quiere un chingo y que me ha dado mas de lo que incluso merezco).
- Hace 10 años ingresé a un mundo que para mi fue la mejor decisión que pude haber tomado en toda mi vida. Un mundo que cambió radicalmente a este chaparro y que le ha dado infinitas armas para poder sobrevivir de mejor manera en este mundo. Ese mundo se llama “Universidad Nacional Autónoma de México”, institución que amo profundamente, que vivo intensamente y a la que le estaré agradecido eternamente por todos y cada uno de los buenos (y malos muy de vez en cuando) momentos que he pasado a lo largo de este tiempo.
- Al paso de estos 10 años he conocido a esos amigos que deseas nunca se vayan de tu lado. Esos amigos que van mas allá de una borrachera o un desenfreno. Esos amigos que marcan toda tu vida y te acompañan en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y en las tristezas, en la risa y en el llanto. Ellos saben perfectamente de quién me refiero… gracias por ser compañeros de ruta.
- A lo largo de este tiempo me he enamorado (vaya que lo he hecho!), no me arrepiento de haberlo hecho y espero algún momento volver a tener ese sentimiento. A todas aquellas personas que han marcado el corazón de este chaparro les agradezco infinitamente los buenos ratos, los buenos momentos y las enseñanzas que pude haber tenido a su lado.
- En este tiempo he podido pasar buenos y malos momentos al lado de los que amo profundamente, a mis compañeros de batalla, al único refugio al que diario acudo gustoso y del que no me explico hasta el momento mi vida sin ellos. Me refiero a mi familia, que para mi son fuente de inspiración y motivación para seguir luchando ante la adversidad, compartir la victoria y sobre todo agradecerles infinitamente por estar siempre ahí. En verdad los amo un chingo.
Son muchas las cosas que han pasado a lo largo de estos 10 hermosos años, y espero seguir creciendo como ser humando a lo lardo de una década mas. Espero que el de arriba me siga “renovando la licencia”, porque todavía me falta mucho por hacer y creo que aún no he descubierto ni mucho menos cumplido la misión que me ha encomendado para hacer en este planeta. Sigo esperando instrucciones y sigo cumpliendo tu mandato lo mejor posible y como mejor me das a entender… A veces de la manera equivocada (soy humano y por ende inherente a los fracasos y los errores mismos) pero siempre con un plan preciso: entregar buenas cuentas el día que decidas decirme “hasta aquí”, e irme con una sonrisota en los labios y exclamar por último “¡Estoy listo… Lo logré!”.
Dedicado a los que hacen remembranzas estos últimos días. Dedicado a los que no volteamos hacia atrás, sin embargo tampoco olvidamos el camino recorrido. Dedicado a los que se han topado en pequeña o gran medida en el camino del chaparro. Dedicado a la nostalgia misma, al futuro que nos prosigue y al sendero mismo…
