jueves, 23 de julio de 2009

SE ACUERDAN DE CORTAZAR?

Yo recuerdo a Cortazar por Rayuela… Como a muchos, el libro me pareció sumamente interesante, harto original y bellamente escrito (a mi me gustó mucho!)…

Sin embargo, estaba vagando en Internet y me tope con un cuento de Julio que me parece mágico, excepcional, hilarante, cínico, descarado… Se llama “Manuscrito hallado a una mano” y decidí compartírselos, pues será el previo de mi siguiente entrada… Esperadla!

Llegaré a Estambul a las ocho y media de la noche. El concierto de Nathan Milstein comienza a las nueve, pero no será necesario que asista a la primera parte; entraré al final del intervalo, después de darme un baño y comer un bocado en el Hilton. Para ir matando el tiempo me divierte recordar todo lo que hay detrás de este viaje, detrás de todos los viajes de los dos últimos años. No es la primera vez que pongo por escrito estos recuerdos, pero siempre tengo buen cuidado de romper los papeles al llegar a destino. Me complace releer una y otra vez mi maravillosa historia, aunque luego prefiera borrar sus huellas. Hoy el viaje me parece interminable, las revistas son aburridas, la hostess tiene cara de tonta, no se puede siquiera invitar a otro pasajero a jugar a las cartas. Escribamos, entonces, para aislarnos del rugido de las turbinas. Ahora que lo pienso, también me aburría mucho la noche en que se me ocurrió entrar al concierto de Ruggiero Ricci. Yo, que no puedo aguantar a Paganini. Pero me aburría tanto que entré y me senté en una localidad barata que sobraba por milagro, ya que la gente adora a Paganini y además hay que escuchar a Ricci cuando toca los Caprichos. Era un concierto excelente y me asombró la técnica de Ricci, su manera inconcebible de transformar el violín en una especie de pájaro de fuego, de cohete sideral, de kermesse enloquecida. Me acuerdo muy bien del momento: la gente se había quedado como paralizada con el remate esplendoroso de uno de los caprichos, y Ricci, casi sin solución de continuidad, atacaba el siguiente. Entonces yo pensé en mi tía, por una de esas absurdas distracciones que nos atacan en lo más hondo de la atención, y en ese mismo instante saltó la segunda cuerda del violín. Cosa muy desagradable, porque Ricci tuvo que saludar, salir del escenario y regresar con cara de pocos amigos, mientras en el público se perdía esa tensión que todo intérprete conjura y aprovecha. El pianista atacó su parte, y Ricci volvió a tocar el capricho. Pero a mí me había quedado una sensación confusa y obstinada a la vez, una especie de problema no resuelto, de elementos disociados que buscaban concatenarse. Distraído, incapaz de volver a entrar en la música, analicé lo sucedido hasta el momento en que había empezado a desasosegarme, y concluí que la culpa parecía ser de mi tía, de que yo hubiera pensado en mi tía en mitad de un capricho de Paganini. En ese mismo instante se cayó la tapa del piano, con un estruendo que provocó el horror de la sala y la total dislocación del concierto. Salí a la calle muy perturbado y me fui a tomar un café, pensando que no tenía suerte cuando se me ocurría divertirme un poco.

Debo ser muy ingenuo, pero ahora sé que hasta la ingenuidad puede tener su recompensa. Consultando las carteleras averigüé que Ruggiero Ricci continuaba su tournée en Lyon. Haciendo un sacrificio me instalé en la segunda clase de un tren que olía a moho, no sin dar parte de enfermo en el instituto médico-legal donde trabajaba. En Lyon compré la localidad más barata del teatro, después de comer un mal bocado en la estación, y por las dudas, por Ricci sobre todo, no entré hasta último momento, es decir hasta Paganini. Mis intenciones eran puramente científicas (¿pero es la verdad, no estaba ya trazado el plan en alguna parte?) y como no quería perjudicar al artista, esperé una breve pausa entre dos caprichos pera pensar en mi tía. Casi sin creerlo vi que Ricci examinaba atentamente el arco del violín, se inclinaba con un ademán de excusa, y salía del escenario. Abandoné inmediatamente la sala, temeroso de que me resultara imposible dejar de acordarme otra vez de mi tía. Desde el hotel, esa misma noche, escribí el primero de los mensajes anónimos que algunos concertistas famosos dieron en llamar las cartas negras. Por supuesto Ricci no me contestó, pero mi carta preveía no sólo la carcajada burlona del destinatario sino su propio final en el cesto de los papeles. En el concierto siguiente -era en Grenoble- calculé exactamente el momento de entrar en la sala, y a mitad del segundo movimiento de una sonata de Schumann pensé en mi tía. Las luces de la sala se apagaron, hubo una confusión considerable y Ricci, un poco pálido, debió acordarse de cierto pasaje de mi carta antes de volver a tocar; no sé si la sonata valía la pena, porque yo iba ya camino del hotel.

Su secretario me recibió dos días después, y como no desprecio a nadie acepté una pequeña demostración en privado, no sin dejar en claro que las condiciones especiales de la prueba podían influir en el resultado. Como Ricci se negaba a verme, cosa que no dejé de agradecerle, se convino en que permanecería en su habitación del hotel, y que yo me instalaría en la antecámara, junto al secretario. Disimulando la ansiedad de todo novicio, me senté en un sofá y escuché un rato. Después toqué el hombro del secretario y pensé en mi tía. En la estancia contigua se oyó una maldición en excelente norteamericano, y tuve el tiempo preciso de salir por una puerta antes de que una tromba humana entrara por la otra armada de un Stradivarius del que colgaba una cuerda.

Quedamos en que serían mil dólares mensuales, que se depositarían en una discreta cuenta de banco que tenía la intención de abrir con el producto de la primera entrega. El secretario, que me llevó el dinero al hotel, no disimuló que haría todo lo posible por contrarrestar lo que calificó de odiosa maquinación. Opté por el silencio y por guardarme el dinero, y esperé la segunda entrega. Cuando pasaron dos meses sin que el banco me notificara del depósito, tomé el avión para Casablanca a pesar de que el viaje me costaba gran parte de la primera entrega. Creo que esa noche mi triunfo quedó definitivamente certificado, porque mi carta al secretario contenía las precisiones suficientes y nadie es tan tonto en este mundo. Pude volver a París y dedicarme concienzudamente a Isaac Stern, que iniciaba su tournée francesa. Al mes siguiente fui a Londres y tuve una entrevista con el empresario de Nathan Milstein y otra con el secretario de Arthur Grumiaux. El dinero me permitía perfeccionar mi técnica, y los aviones, esos violines del espacio, me hacían ahorrar mucho tiempo; en menos de seis meses se sumaron a mi lista Zino Francescatti, Yehudi Menuhin, Ricardo Odnoposoff, Christian Ferras, Ivry Gitlis y Jascha Heifetz. Fracasé parcialmente con Leonid Kogan y con los dos Oistrakh, pues me demostraron que sólo estaban en condiciones de pagar en rublos, pero por la dudas quedamos en que me depositarían las cuotas en Moscú y me enviarían los debidos comprobantes. No pierdo la esperanza, si los negocios me lo permiten, de afincarme por un tiempo en la Unión Soviética y apreciar las bellezas de su música.

Como es natural, teniendo en cuenta que el número de violinistas famosos es muy limitado, hice algunos experimentos colaterales. El violoncelo respondió de inmediato al recuerdo de mi tía, pero el piano, el arpa y la guitarra se mostraron indiferentes. Tuve que dedicarme exclusivamente a los arcos, y empecé mi nuevo sector de clientes con Gregor Piatigorsky, Gaspar Cassadó y Pierre Michelin. Después de ajustar mi trato con Pierre Fournier, hice un viaje de descanso al festival de Prades donde tuve una conversación muy poco agradable con Pablo Casals. Siempre he respetado la vejez, pero me pareció penoso que el venerable maestro catalán insistiera en una rebaja del veinte por ciento o, en el peor de los casos, del quince. Le acordé un diez por ciento a cambio de su palabra de honor de que no mencionaría la rebaja a ningún colega, pero fui mal recompensado porque el maestro empezó por no dar conciertos durante seis meses, y como era previsible no pagó ni un centavo. Tuve que tomar otro avión, ir a otro festival. El maestro pagó. Esas cosas me disgustaban mucho.

En realidad yo debería consagrarme ya al descanso puesto que mi cuenta de banco crece a razón de 17.900 dólares mensuales, pero la mala fe de mis clientes es infinita. Tan pronto se han alejado a más de dos mil kilómetros de París, donde saben que tengo mi centro de operaciones, dejan de enviarme la suma convenida. Para gentes que ganan tanto dinero hay que convenir en que es vergonzoso, pero nunca he perdido tiempo en recriminaciones de orden moral. Los Boeing se han hecho para otra cosa, y tengo buen cuidado de refrescar personalmente la memoria de los refractarios. Estoy seguro de que Heifetz, por ejemplo, ha de tener muy presente cierta noche en el teatro de Tel Aviv, y que Francescatti no se consuela del final de su último concierto en Buenos Aires. Por su parte, sé que hacen todo lo posible por liberarse de sus obligaciones, y nunca me he reído tanto como al enterarme del consejo de guerra que celebraron el año pasado en Los Ángeles, so pretexto de la descabellada invitación de una heredera californiana atacada de melomanía megalómana. Los resultados fueron irrisorios pero inmediatos: la policía me interrogó en París sin mayor convicción. Reconocí mi calidad de aficionado, mi predilección por los instrumentos de arco, y la admiración hacia los grandes virtuosos que me mueve a recorrer el mundo para asistir a sus conciertos. Acabaron por dejarme tranquilo, aconsejándome en bien de mi salud que cambiara de diversiones; prometí hacerlo, y días después envié una nueva carta a mis clientes felicitándolos por su astucia y aconsejándoles el pago puntual de sus obligaciones. Ya por ese entonces había comprado una casa de campo en Andorra, y cuando un agente desconocido hizo volar mi departamento de París con una carga de plástico, lo celebré asistiendo a un brillante concierto de Isaac Stern en Bruselas -malogrado ligeramente hacia el final- y enviándole unas pocas líneas a la mañana siguiente. Como era previsible, Stern hizo circular mi carta entre el resto de la clientela, y me es grato reconocer que en el curso del último año casi todos ellos han cumplido como caballeros, incluso en lo que se refiere a la indemnización que exigí por daños de guerra.

A pesar de las molestias que me ocasionan los recalcitrantes, debo admitir que soy feliz; incluso su rebeldía ocasional me permite ir conociendo el mundo, y siempre le estaré agradecido a Menuhin por un atardecer maravilloso en la bahía de Sydney. Creo que hasta mis fracasos me han ayudado a ser dichoso, pues si hubiera podido sumar entre mis clientes a los pianistas, que son legión, ya no habría tenido un minuto de descanso. Pero he dicho que fracasé con ellos y también con los directores de orquesta. Hace unas semanas, en mi finca de Andorra, me entretuve en hacer una serie de experimentos con el recuerdo de mi tía, y confirmé que su poder sólo se ejerce en aquellas cosas que guardan alguna analogía -por absurda que parezca- con los violines. Si pienso en mi tía mientras estoy mirando volar a una golondrina, es fatal que ésta gire en redondo, pierda por un instante el rumbo, y lo recobre después de un esfuerzo. También pensé en mi tía mientras un artista trazaba rápidamente un croquis en la plaza del pueblo, con líricos vaivenes de la mano. La carbonilla se le hizo polvo entre los dedos, y me costó disimular la risa ante su cara estupefacta. Pero más allá de esas secretas afinidades... En fin, es así. Y nada que hacer con los pianos.

Ventajas del narcisismo: acaban de anunciar que llegaremos dentro de un cuarto de hora, y al final resulta que lo he pasado muy bien escribiendo estas páginas que destruiré como siempre antes del aterrizaje. Lamento tener que mostrarme tan severo con Milstein, que es un artista admirable, pero esta vez se requiere un escarmiento que siembre el espanto entre la clientela. Siempre sospeché que Milstein me creía un estafador, y que mi poder no era para él otra cosa que el efímero resultado de la sugestión. Me consta que ha tratado de convencer a Grumiaux y a otros de que se rebelen abiertamente. En el fondo proceden como niños, y hay que tratarlos de la misma manera, pero esta vez la corrección será ejemplar. Estoy dispuesto a estropearle el concierto a Milstein desde el comienzo; los otros se enterarán con la mezcla de alegría y de horror propia de su gremio, y pondrán el violín en remojo por así decirlo.

Ya estamos llegando, el avión inicia su descenso. Desde la cabina de comando debe ser impresionante ver cómo la tierra parece enderezarse amenazadoramente Me imagino que a pesar de su experiencia, el piloto debe estar un poco crispado, con las manos aferradas al timón. Sí, era un sombrero rosa con volados, a mi tía le quedaba tan

Dedicado al cinismo y desfachatez. Dedicado a Cortázar que es uno de mis mas queridos y favoritos autores. Dedicado a los que hacen el mal no por molestar sino solo para divertirse un rato. Dedicado a los que siendo malos aun creen que son borregos.

martes, 14 de julio de 2009

LO QUE IMPLICA SER UN LÍDER

A unos cuantos días de salir de GICSA (por motivos personales que en su momento revelaré) reflexioné un poco acerca de las implicaciones que tiene el hecho de ser líder… Y aunque definitivamente estoy muy distante de haberlo sido (a pesar de que en los hechos se supone que lo era), estos son los elementos que se deben tener para poder llamarte líder (a mi juicio, obviamente):

  • Tus subordinados antes que “empleados”, son seres humanos que sienten, viven, piensan, vibran… Debes aprender a echártelos a la bolsa y verlos como tus COMPAÑEROS, los cuales van en el mismo barco que tu, que si se hunde te hundes con ellos. Tu solo eres el encargado de motivarlos e incentivarlos a seguir remando, pero incluso tienes la responsabilidad de remar con ellos, soñar con ellos, triunfar con ellos.
  • Jerárquicamente tienes un nivel mas alto, pero humanamente eres igual que ellos: la soberbia es el peor compañero del hombre. Es líder aquel que tiene la capacidad de destacar por sobre su grupo no por su soberbia sino por su habilidad para lograr resultados, para llevar a tierra firme su barco y por como logra que los demás miembros del equipo se sientan satisfechos, motivados y empapados por los éxitos cosechados.
  • Un líder es el que asume la responsabilidad de los errores cometidos por el equipo sin la necesidad de crear un sentimiento de zozobra o incertidumbre. Un líder tiene el potencial de “tranquilizar las aguas” ante la adversidad y logra no bajar la guardia en momentos difíciles. Es el pilar moral del equipo, aquel que vela por que los demás miembros se sientan apoyados por quien los guía y confiados de que de un momento se podrá vislumbrar la luz al final del túnel.
  • Un líder es un “cirujano social” Es un experto cuando de cáncer se trata. Es lo suficientemente franco y directo para decir adiós a aquel elemento que este retrasando e incluso afectando el trabajo de los demás. Pero la diferencia entre un líder y un jefe es que un despido en el primer caso es una decisión de última elección y en el segundo caso es una forma de justificar su ineptitud como responsable de un equipo. Un líder toma un despido como un fracaso a su habilidad de forjar resultados y de no haber hecho su chamba: dirigir hacia un fin común y convencer que el camino que eligió es la mejor elección. Un jefe simple y sencillamente lo toma como una decisión mas que debía tomar.
  • Un líder es humano y es muy probable que sea vulnerable como tal, pero nunca lo demuestra. Y no lo demuestra no por soberbia ni mucho menos por insensible, sino porque si el demuestra incertidumbre su equipo no tiene en quien confiar y mucho menos en quien apoyarse. Un líder tiene la capacidad suficiente para mostrarse fuerte ante la tempestad y tener la serenidad necesaria para analizar que amenazas tiene por delante y elaborar de manera oportuna y sagaz la estrategia que lo llevara por buen camino.
  • Un líder disipa los errores, amortigua las caídas, reparte el botín de manera justa y comparte el éxito y las victorias con los demás, siempre pensando en que los triunfos son de todos y no solo del que comanda.
  • Un líder no debe ser temido. Debe ser respetado e incluso debe ser admirado. Un líder es aquél que es visto por todo su equipo como la persona mas confiable y mas capaz para llevar el timón del barco. El equipo de un buen líder no se preocupa por nada mas que por remar en el sentido correcto y hacer bien su trabajo. Y solo se preocupa por eso pues tiene la certeza que de la dirección va por buen camino pues su líder de eso se encarga.
  • Un líder es aquel que no se rasga las vestiduras ni es venido a menos cuando tiene que desempeñar las mismas actividades que los demás. Es visto con buenos ojos y nunca como alguien “humillado”.

Definitivamente me faltó mucho para ser líder, pero al menos puedo sentirme orgulloso y tranquilo de que hice mi mejor esfuerzo, que salgo bien librado, que me voy por gusto propio y no por haber fracasado, pero sobre todo me voy con pleno conocimiento de que probablemente no fui buen líder pero si llegué a serlo aunque sea un poquitin: hay quien no puede presumir siquiera que fue buen jefe.

Adrián, te nos juiste y no te culpo. Hoy me pediste una carta de recomendación, la cual no puedo negarte pues me demostraste que fuiste un trabajador valioso, apasionado y comprometido con su equipo. Pero sabes que? Al saber que eres una persona honesta, eficiente, buen amigo y sobre todo con metas, objetivos y orientado a resultados, me da la impresión que la recomendación sale sobrando: solito vas a destacar por ser un excelente profesionista, aqui y en China! No necesitas mi firma estampada en un papel para recomendarte: por si mismo destacas. Mucho éxito en tu nuevo camino. Estoy seguro vas a llegar muy, muy alto… Chance e incluso me das la vuelta y el que me llega a dar chamba serás tu! Jaja!

Dedicado a los jefes que se creen líderes y a los cuales les queda muy grande el traje de ejecutivo. Dedicado a los que queremos ser líderes no para congratularse sino mas bien para compartir la isla objetivo que alguna vez trazaron en el mapa. Dedicado a GICSA, que ha sido mi mejor escuela de lo que debo y lo que no debo hacer cuando de liderazgo se trata (con todo y “casos de estudio” incluidos! :-) )

domingo, 12 de julio de 2009

POR MAS QUE… (SEGUNDA PARTE)

  • Por mas que me guste mi trabajo, quiero mejorar y titularme y no ser mas menso y menos agachón de lo que ya soy.
  • Por mas que te amo y te amo y mas te amo, quiero saber que tu también me amas y que nunca me soltarás de la mano.
  • Por mas que que le hecho ganas, quiero que mi negocio crezca mas para poder solventarme estos meses que se vienen canijos.
  • Por mas que quiero ser mejor persona ante los demás, quiero al menos encontrarme una sorpresa en el camino.
  • Por mas que busco en mis pantalones una moneda o mis llaves, quiero mas bien encontrar mi pasado, mi presente y ¿por qué no?, mi futuro también.
  • Por mas que despierto todos los días abrazado a mi almohada, quiero amanecer abrazadito a ti y nomás no he podido.
  • Por mas que sueño alto para ver si aún tengo la capacidad de volar, quiero tener los pies en la tierra para que la caída no sea estrepitosa.
  • Por mas que intento mantenerme despierto, quiero dormir los domingos y no saber de los desmadres del mundo.
  • Por mas que me aferro a un lugar, quiero algún día despertar y pensar que mi nuevo amo es Telefónica, Nortel o ya de perdida Telcel.
  • Por mas que extraño a mis amigos y les hablo por teléfono y nos los olvido nunca, quiero un día de estos reunirme con ellos, tomar el cafecito y preguntarles “¿Cómo vamos?”
  • Por mas que deseo escribir en mi blog mas seguido y nomás no puedo, quiero volver a retomarlo y expresar estupidez y media.
  • Por mas que intento que no me duela mi pasado, quiero seguir llorando al menos 1 vez al mes para acordarme que sigo siendo humano.
  • Por mas que me enoje con mi familia y que a veces los saque de quicio, quiero decirles que los amo y que sin ellos soy nada.
  • Por mas que veo mi closet y hay cosas que ni siquiera me pongo, quiero mas prendas para “tener que ponerme”.
  • Por mas que intento sostenerme y sentir que voy con rumbo de manera independiente, quiero sentir de vez en cuando que alguien me detiene e incluso me salva.
  • Por mas que te insulto y que a veces me duele lo que te hice, quiero que no desaparezcas y que sigas escuchándome y escuchándote todas las noches.
  • Por mas que escriba y escriba y escriba para dejar testimonio de lo loco que puede llegar a ser este chaparro, quiero volver a leerme en un tiempo y ver si he corregido mi rumbo.
  • Por mas que me choque seguir tropezando y me duela seguir recordando, quiero seguir cayéndome para aprender a levantarme rápido.
  • Por mas que la luna se apague, que el sol deje de brillar o que incluso el mundo se acabe, quiero bailar un slow with you tonight… Just Tonight… and tomorrow… and next week… and forever…

Dedicado a mis lectores que ya esperaban al menos una estupidez del imbécil que escribe. Dedicado a los que por mas que suceda lo imposible quieren lograrlo. Dedicado a ti que por mas que intento soltarte y seas feliz, quiero seguir atado y sentir como volamos juntos, al mismo tiempo que sentimos el aire en nuestras mejillas sin importar que pase en tierra firme…

lunes, 6 de julio de 2009

POR MAS QUE… (PRIMERA PARTE)

Antes que empiece el debraye que mucha falta hace para volver a revivir este Blog, primero quiero ponerles la canción que ayer encontré e inspiró a este servidor a que volviera yo a escribir…

Resulta que ayer estaba siguiendo de cerca las Elecciones 2009 (sediento de información dado que ni Telerisa ni TVApesta se dignaron a informar y dado que ya me había hartado del MxM de www.eluniversal.com.mx), prendí la radio deseoso de escuchar a Carmencita Aristegui (una de mis heroínas de la información). No estaba aún aíre, pero si estaban los “clásicos MVS” (en el 102.5 FM de mi cuadrante en la ciudad de México). Y de pronto, una canción que es clasíquisima pero que por mi falta de cultura y mi ignorancia catastrófica (siii!! Lo admito, soy un inculto producto de Elba Esther Gordillo! :-p) nunca había escuchado… Y me encantó y me gustó tantísimo que decidí ponerla en este post con todo y letra… espero les guste!

La canción se llama “Slowly” y en realidad es de Luis Eduardo Auté, pero yo la escuche en la versión del famoso grupo “Duncan Dhu”… Por eso, y a reserva de que el estimadísimo Luis Eduardo Auté me golpee por haber escogido una versión mala o no de su canción, yo les pongo esta para que sientan lo mismo que yo sentí al escucharla…

Esta es la Letra…

Por más que me encuentre un tesoro en las Fuentes del Nilo
quiero bailar un "slow" with you tonight, tonight.
Y aunque seas la Monna Lisa o la Venus de Milo,
quiero bailar un "Slow" with you tonight, tonight.
Por más que yo sea una Bestia y tu seas tan Bella
quiero bailar un "slow" with you tonight",
Ya puede caernos encima un diluvio de estrellas
quiero bailar un "slow" with you como aquel
Times goes by, so slowly.
I hunger for your... sha la la la la
slowly, slowly...
Por más que nos pille el estúpido de tu marido,
Quiero bailar un "slow" with you tonight.
Y aunque enamorarme de ti me lo tengas prohibido
quiero bailar un "Slow" with you tonight, my love.
Por más que no pueda comprarte un collar de diamantes
quiero bailar un "Slow" with you tonight.
Y aunque nunca llegue a ser Harrison Ford como
amante
quiero bailar un "slow" with you como aquel...
At the end of'the rainbow
You'll find a pot of gold... Sha la la la la
Slowly, Slowly
Por más que aparezca la grúa y se lleve mi coche
quiero bailar un "slow" with you tonight.
Por mí que reviente el planeta en confetti esta noche
quiero bailar un "slow" with you tonight.
Y como parece que el corto verano se acaba
quiero bailar un "slow" with you tonight, tonight.
Seamos, al fin, Salomón y la Reina de Saba
I want to dance a "Slow" with you como aquel
Dream
Dream, dream, dream Sha la la la la
I love you when you do it
So slowly, so slowly
Oh baby, baby, be mine tonight...
I love you when you do it
so slowly, so slowly
Oh baby, baby, please hold me tight...
so slowly

Dedicado a ti… sobre todo en la parte de tu estúpido marido… Jajaja… Dedicado a los que quieren bailar un slowly… Dedicado a los locos empedernidos que no entendemos, que no sabemos, que no queremos…

YO COMO FOX…

Y a propósito de que yo ya voy de salida… Yo como Fox:

“No le hace… Yo mejor hablo libre y digo cualquier cosa. Ya no importa… Total, yo ya me voy”

A 1 mes de mi salida, así me siento y así estoy… Como Fox!! Quien iba a pensar que algún día me iba a servir una cita de este sujeto…

Dedicado a mis compañeritos. Dedicado a mis amos (en un futuro, ex-amos). Dedicado a mi feeling…