miércoles, 26 de junio de 2013

ME VA BIEN… ME FALTA UN ¡EXCELENTE!

Hace un ratote que no escribía en este espacio. Decía mi cuñado que suelo escribir siempre que estoy deprimido o bien cuando tengo algo triste que contar: Hoy definitivamente no estoy triste (De hecho estoy sumamente contento!), pero tampoco estoy en el pico mas alto.

Dicen por ahí que la felicidad es un estado anímico que se mide por picos de satisfacción. No es que la felicidad sea un estado permanente (a mi gusto sería demasiado aburrido), pero tampoco es un estado que dure demasiado tiempo. Para mi la felicidad es ese pequeño instante en el cual tienes un logro y se te dibuja la sonrisa de oreja a oreja. Es ese pequeño instante en el que piensas “¡Lo logré!”. Es ese pequeño instante en el cual quisieras gritar a los 4 vientos que definitivamente quieres abrazar a todo mundo, hacerle saber que estas contento, compartir tu riqueza emocional.

Hoy puedo decir que me va bien: Tengo un empleo que muchos quisieran tener (vaya: en estos tiempos difíciles el simple hecho de decir “tengo empleo” ya debe ser motivo de satisfacción). Tengo en puerta un viaje a Canadá (que dicho sea de paso, me gané con el sudor de mi frente y con un poquito de seso), mi negocio está funcionando de forma genial, estoy a nada de finalizar mi maestría, tengo una familia adorable de la cual aprendo día a día y por si fuera poco hago lo que me gusta, lo que me apasiona y por lo que he luchado. Hoy puedo decir en resumen que mi vida ha sido exitosa, pero como todo ser humano no dejo de ser ambicioso. Hoy puedo decir que me va bien, no excelente.

¿Que me falta para que me vaya excelente?… Decía mi amiga Alicia que me veía muy contento pero que me faltaba esa chispa y esa sonrisa que me hiciera vibrar y que es muy característica en mi cuando estoy pleno y en estado de felicidad total. No me quejo de mi vida (al contrario: puedo decir que, lejos de lo que muchos piensan y de lo que en ocasiones pienso incluso yo mismo, soy demasiado afortunado), sin embargo es un tanto difícil caminar este camino solo (por no decir frustrante). Y si: se que gracias a este párrafo muchos se sentirán ofendidos (en especial mi familia y mis mas grandes amigos). Así que antes de que me reclamen y casi me recuerden a mi querida madre, me gustaría explicar mas al respecto.

Admito plena y totalmente que no estoy solo: como lo comenté, tengo una familia fenomenal que me acompaña en cualquier locura, buena o mala, perjudicial o benéfica para mi. Tengo una madre que mas que ser eso es mi mas grande amiga. Tengo un padre que ha sido toda una autoridad para mi, pero sin perder de vista ese toque de amistad, complicidad y amor que me hacen verlo como al hombre mas importante en mi vida. Tengo una hermana que es compañera de batallas, incansable luchadora y dibujadora de sonrisas, a la cual admiro y amo profundamente. Tengo un hermano que es un ejemplo a pesar de su corta edad, que amo profundamente y que ha sabido ser un compañero genial. Tengo un cuñado con el que si bien he tenido mis diferencias y mis enfados, también me ha mostrado que no necesitas ser de la misma sangre para darte cuenta que allá afuera hay gente que todavía confían en ti y que están al final del túnel en las buenas y en las malas… NO, efectivamente no estoy solo.

Cuando me refiero a “caminar solo” me refiero a que en ocasiones pienso que todos los éxitos y todos los fracasos que tengo en mi vida si bien es un gusto y una satisfacción compartirlo con mi familia, también me gustaría tener a esa persona a la cual pudiera hundirme en sus brazos, apoyarme en su hombro, tomarlo de la mano y poderle decir “hey! I did it again: Let’s go party!”. Me gustaría poder de vez en cuando sentir ese sentimiento mágico que nos invade cuando dos bocas se cruzan y muestran el cariño, aprecio, amor y complicidad de ambos individuos. Me gustaría terminar el día escuchando planes, contando los propios, construyendo sueños y al final saber que es muy probable que seguirá ahí el día de mañana para ser cómplices de nuevo… No, efectivamente no estoy solo, pero la carrera sería mas emocionante y mas plena si esa persona especial pudiera terminar conmigo el día con un “Te quiero”.

No es queja ni mucho menos lamento. De hecho estoy en un momento de felicidad relativa. Se que no debo desesperarme y que esa persona llegará en el momento menos indicado, en el instante menos planeado y en el lugar menos imaginado. Lo sé porque las pocas veces que he llegado a entregar el lado izquierdo que tengo en mi pecho ha sido así… Solo que aún se sigue sintiendo raro terminar el día en mi camita, abrazar a mi almohada y pensar que me falta mi compañero de ruta.

No tengo miedo a volver a enamorarme, pero tampoco estoy libre de temores. Al tener 27 años y con 5 historias en mi haber, debo confesar que tengo demasiado miedo a repetir los errores y las experiencias que hicieron que esas historias no siguieran continuando hasta el día de hoy… pero también confieso que hubo momentos dentro de cualquiera de esas 5 historias que hoy recuerdo con gran satisfacción, melancolía e incluso deseo de querer sentir algo parecido en estos precisos momentos.

¿Por qué no continuaron alguna de esas 5 historias?… Me parece sensato señalar que los ingredientes para que no prosperaran se encuentran en ambos lados de la ecuación. Algunas porque nuestra edad tal vez no era la adecuada para una relación a largo plazo. Otras tal vez por incompatibilidad de caracteres. Algunas porque incluso yo malinterprete señales. Algunas incluso muy tristemente siento haber tenido mayor culpa por mi egoísmo y por “tirar la toalla” de forma muy rápida… Me parece que no es momento de señalar culpables. Mas bien me parece que debo recoger los momentos buenos que me llevo de cualquiera de esas 5 historias, guardarlas en mi maleta de buenos recuerdos y llevármelas como experiencias increíbles de vida. Me parece también que es momento de pensar objetivamente en que fallé, que puedo mejorar y como evitar volver a repetir los errores que pude haber realizado por mi parte.

Ha pasado poco mas de 1 año en el cual he caminado solo: no se cuanto tiempo mas siga haciéndolo y no es algo que necesariamente me preocupe o me tenga agobiado. Pero también es justo decir que si en el camino me encuentro a la persona que me tome de la mano y decida comenzar una historia juntos, lo haré preparado y con mi mejor esfuerzo…

No estoy solo, vaya que no lo estoy. Pero a decir verdad extraño cuando era distraído, procuraba a alguien mas y dormía todas las noches con una sonrisa de oreja a oreja agradecido porque tenía un cómplice de ruta… Por fortuna, si algo me queda de consuelo es que conforme he repetido la historia, me ha ido cada vez mejor y he tenido mejores experiencias: supongo que si la espera ha sido larga es porque la próxima ocasión será mejor… Después de todo no me puedo quejar: mi último túnel fue más agradable de lo que hubiera deseado y de lo que incluso hubiera podido merecer. Al menos vengo marcado con una experiencia que lejos de lamentarme, me hace pensar que la historia puede ser mas grata de lo que uno puede imaginarse… Al tiempo: es mejor no desesperarse.

Dedicado a los que hoy me acompañan en este trayecto llamado vida. Dedicado a mi familia a la cual amo y respeto profundamente. Dedicado a las 5 historias que hoy marcan mi camino y de las cuales me llevo lo mejor como un recuerdo invaluable y genial. Dedicado a los que sin estar solos seguimos caminando extrañando que alguien nos tome de la mano.