domingo, 13 de abril de 2008

YO TENÍA UN RATON...

Yo tenía un ratón, el cual alimentaba diario con queso fresco de mi refrigerador. Me contó que andaba de cocina en cocina y tenía que robar queso fresco, pero que se había cansado de eso. Ahora quería tener un pacto: que alguien lo alimentara a cambio de una buena compañía...

Y así lo hice: le ofrecí al ratón queso fresco todos los días a cambio de una muy buena compañía. El pacto era que no se robara mi queso ni mordisqueara mis muebles, que para eso le daría una muy buena dotación de queso...

Pero el ratón no contaba con que también tenía pacto con mi Gato. Mi Gato me advirtió que el ratón SIEMPRE será ratón. El Gato me ofreció un trato: yo le dejaba comerse al ratón a cambio de que el me demostrara que el pobre ratón me era deshonesto. Y así lo convenimos...

A la mañana siguiente, no solo me enteré que el ratón seguía robándole el queso a mis vecinos, sino que además pacto con el Gato para robar la comida juntos y por si fuera poco seguía robando de mi refrigerador y además seguía mordisqueando mis muebles...

Acto seguido, el Gato me lo contó. Y problema resuelto: Hoy mi refrigerador está lleno!

Moraleja de esta historia: El Ratón NUNCA dejará de ser Ratón. Los Gatos suelen ser cabrones y libres, pero siempre serán fieles. Y si quieres que el ratón cambié, simplemente alíate con el Gato y deshazte del Ratón!... Hagas lo que hagas, NUNCA cambiará el Ratón... Sin contar con lo principal: El Ratón NUNCA estará conforme... Siempre irá por mas...

Hoy no hay dedicatoria, pues esta fábula solamente me gustó y quise ponerla... Bueno, si, mejor sí... Dedicado a todo aquel que le sea de interés esta fábula...

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