Hoy el Adolfo y yo nos lanzamos al cinito a ver por fin "Rudo y Cursi"... Ya se que hace rato que se estrenó, pero en verdad que ni tiempo he tenido para ir al cine... La peli es de lo mas palomera, lo cual no quiere decir que sea mala. A mi sinceramente me gustó bastante (y eso que Cuarón de plano no me gusta mucho que digamos!), y aunque no es cine de arte ni te deja lecciones de vida ni nada de esas cuestiones, puedo aseverar que al menos me hizo pasar un muy buen rato.
¿Que por qué sale el tema?... Ni mas ni menos que porque, al momento de salir de la peli y de regresar a nuestra casita en el ya famoso Archivaldo (mi Ford Fiesta pues!!), Adolfo hizo el favor de servir como buen copiloto y poner la música que alegraría el trayecto. Sigo teniendo la canción de Rosana en mi mente, por lo que le solicité la pusiera a todo volumen. Después de cantarla a todo pulmón, me comentó que había una canción que le quedaba como anillo al dedo y que también había traído toda la semana... La canta "Jarabe de Palo" y se llama "Dos días en la vida"... La canción definitivamente es motivo de otra entrada y después compartiré con ustedes, pero lo que en definitiva debo contar al menos en esta entrada es que dicha rola, por increíble que parezca, igual que al Adolfo me quedó como anillo al dedo, y me hizo reflexionar toda la noche, motivo por el cual escribo esto.
Al igual que en la canción, hay 2 días en mi vida para lo cuales no nací, pero además me di a la tarea de agregar un tercer día, pues creo que han sido los 3 momentos que han marcado mi vida terriblemente y los cuales me hacen pensar lo anterior.
El primer día fue el no haber pasado la prueba de fuego. El haber concretado y realizado lo que prometí a mi mismo nunca hacer. El haber cometido lo mismo por lo que tantas veces te recriminé y por lo cual estoy pagando mi pena. El haber roto con mi pacto de "hacer bien las cosas" siempre y de nunca mentirle a nadie en el plano amoroso. El haberme enamorado de nuevo sin pensar en las consecuencias de mis actos. El haberme engañado a mi mismo y confirmar que después de todo soy un desgraciado mas, un maldito cabrón mas. Ese día me di cuenta que para mi desfortuna Adán Bonilla puede ser mas débil de lo que alguna vez se imaginó.
El segundo día fue el haberte conocido. El nunca darme cuenta que para ti fui un maldito y estúpido reto. El haberte conocido y como consecuencia haberme enredado en tus mentiras, en tu mirada, en tu forma de tratarme, de mirarme, de ilusionarte. No nací para ese día porque para ti fui un estúpido reto mas, una forma mas de demostrarte ser "superior" al cautivar a cuanto imbécil se te pone encima. Ese día no debí haber despertado y debí haberme quedado en casa, pues gracias a ese día no he podido caminar de la misma manera en que lo hacía antaño.
El tercer día para el cual no nací fue cuando me engañaste. Cuando fui partícipe de tus mentiras. Cuando fui tan estúpido e ingenuo al creer que cambiarías. Cuando descubría que eres una persona que no me merecías, que no era para ti, que me lastimaste en lo mas profundo. Y sin embargo volví a caer... Y sin embargo volví a tropezar y a deprimirme como no tienes idea... Y sin embargo quisiera odiarte pero por mas que intento lo único que siento es un tremendo coraje y unas impotentes ganas de llorar y de desquitarme con alguien... El tercer día es el mas difícil para mi, porque sigue marcando mi vida y sigue llenándola de rencor...
Esos son los tres días para los cuales no nací... Maldita sea la hora en que te conocí... Si alguna vez se me concediera la petición de cambiar un solo evento de mi vida, tal vez sería el no haberte conocido nunca. Así no me hubiera enamorado de ti, ni tampoco sufriría como lo hago ahorita, ni me amargaría mi existencia como en este momento. Así sería mas feliz y así no tendría miedo de volverme a enamorar, de volver a caminar, de seguir adelante, de no poder perdonar jamás... Me odio a mi mismo!! Odio no poder desquitarme, no poder verte a los ojos y decirte que me hiciste demasiado daño. Odio no poderte reclamar ni poderte ver a los ojos. Odio no poderte odiar siquiera. Pero sobre todas las cosas odio haber sido tu estúpido y ruin juguete... Me da gusto que me hayas borrado de tu vida, así ni siquiera tengo que verte ni mucho menos tengo que escuchar explicaciones. Me da mucho gusto saber que me has arrancado de tu vida, tal como quisiera arrancarte de la mía... Pero no puedo... como arranco tanto coraje y tanto rencor de mi corazoncito... Solo me resta darle tiempo al tiempo...
Dedicado (por si fuera no obvio decirlo) a ti que tanto daño me hiciste, que tanto te burlaste, que tanto te has reído y que seguramente eres la persona que mas me aborrece. Dedicado a tod@s l@s cabron@s que no han hecho mas que fortalecernos pero no matarnos, pero que sin embargo han infringido una fuerte lesión y cicatriz en nuestro corazón. Dedicado a mi Celia Cruz, a quien en principio debemos la canción que me ha hecho reflexionar... Ojalá y en un futuro no muy lejano pueda decir que "la vida es un carnaval"...
4 comentarios:
CERRANDO CÍRCULOS
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los por qués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte, y amargarte.
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!
Paulo Coelho
Si Una Espina Me Hiere...
de Amado Nervo
¡Si una espina me hiere, me aparto de la espina,
...pero no la aborrezco! Cuando la mezquindad
envidiosa en mí clava los dardos de su inquina,
esquívase en silencio mi planta, y se encamina,
hacia más puro ambiente de amor y caridad.
¿Rencores? ¡De qué sirven! ¡Qué logran los rencores!
Ni restañan heridas, ni corrigen el mal.
Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores,
y no prodiga savias en pinchos punzadores:
si pasa mi enemigo cerca de mi rosal,
se llevará las rosas de más sutil esencia;
y si notare en ellas algún rojo vivaz,
¡será el de aquella sangre que su malevolencia
de ayer, vertió, al herirme con encono y violencia,
y que el rosal devuelve, trocada en flor de paz!
ya chole!!!! y me gusto el fragmento de paulo coelho. Muy buebo
DÉJALO IR
Sólo puedo decirte que estoy segura de que cada día en tu vida lo has vivido porque así tenía que ser, porque algo debías aprender, mejor pregúntate ¿qué fue lo que debías aprender?, sigue caminando y no propicies volver a tener muchos días más como esos 3.
Vivir pensando en el pasado nos llena de nostalgia, en el futuro de incertidumbre, ¿qué pasó con el presente?, si te llena de tanta rabia y nostalgia el pasado, me pregunto ¿realmente estás disfrutando tu presente o solamente estás escapando de tu pasado?, tal vez alguien mas no merezca eso ¿no lo crees?
Te mando un abrazo y mi cariño que ya sabes que lo tienes.
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